EL COLONIALISMO EN ÁFRICA

Memorias de África es una obra maestra sobre el colonialismo en África en los albores del siglo XX.


"Yo tenía una granja en África, al pie de las colinas de Ngong". 

 Así comienza la novela de la danesa Isak Dinesen (Karen Blixen) "Out of África". Libro extraordinario escrito con una distancia, una calidad y un tiempo narrativo maravillosos. Blixen vivió en África muchos años, en Kenia, hasta el fracaso de su granja de café y la muerte de su amante Denys Finch Hatton. Nos ofrece una visión particular de sus paisajes, de sus gentes y de sus experiencias africanas, bastante alejadas de la sociedad europea colonial que compartió con ella aquellos años.

"El ecuador atravesaba aquellas tierras altas... y la granja se asentaba a una altura de unos seis mil pies... las primeras horas de la mañana y las tardes eran límpidas y sosegadas, y las noches frías. La situación geográfica y la altitud se combinaban para formar un paisaje único en el mundo... era el África destilada a seis mil pies de altura... esencia de un continente. Los colores eran secos y quemados, como los colores en cerámica. Los árboles tenían un follaje luminoso y delicado, de estructura diferente a la de los árboles en Europa; no crecían en arco ni en cúpula, sino en capas horizontales, y su forma daba a los altos árboles solitarios un parecido con las palmeras, o un aire romántico y heroico, como barcos aparejados con las velas cargadas, y los linderos del bosque tenían una extraña apariencia, como si el bosque entero vibrase ligeramente.

 Desde las colinas de Ngong se tiene una vista única: las vastas llanuras del gran cazadero que llegan hasta el Kilimanjaro... y el terreno ondulante de la reserva kikuyu, que llega hasta el monte Kenya, a cien millas de distancia —un mosaico de pequeños campos de maíz cuadrados, huertos de plátanos y pastos, el humo azul aquí y allá de una aldea nativa como un pequeño grupo de toperas puntiagudas—. Pero hacia el oeste, muy abajo, yace el seco, el lunar paisaje de las tierras bajas africanas. El desierto pardo está irregularmente moteado por pequeñas matas de arbustos espinosos, los serpenteantes lechos de los ríos siguen el trazo de tortuosas sendas de color verde oscuro; esos son los bosques de las poderosas mimosas con sus grandes ramas, con espinas como púas; allí crecen los cactus y es el hogar de la jirafa y el rinoceronte."

 ”  Los nativos de Africa eran carne y hueso. El alto volcán extinguido de Longonot, que domina el valle de la Falla, las grandes mimosas que se alzan a lo largo de los ríos, los elefantes y las jirafas, no eran más africanos que los nativos – pequeñas figuras en un vasto escenario-. Todas eran expresiones diferentes de una idea, variaciones sobre el mismo tema.... Nosotros, mandando y siempre con prisas, chocábamos frecuentemente  con el paisaje. Los nativos están en armonía con él y cuando esa gente de talla elevada, esbelta, oscura  y de ojos negros viaja – siempre en fila india, asi que hasta las grandes venas del tráfico nativo son estrechos senderos-, trabajan la tierra, cuidan del ganado, celebran sus grandes danzas ó te cuentan  un cuento, es África  la que vaga, danza y te entretiene. En las tierras altas recordaba las palabras del poeta :   
          SIEMPRE  ENCONTRÉ
           NOBLE   AL  NATIVO               
          E  INSÍPIDO AL EMIGRANTE

A veces la vida en la granja era muy solitaria y en la quietud de los atardeceres, cuando los minutos goteaban del reloj, la vida parecía caer también del mismo modo tan sólo porque no tenías gente blanca con la que hablar. Pero durante todo el tiempo tuve conciencia de que la existencia silenciosa y apartada de los nativos corría paralela con la mía."

Con estas palabras, dejó constancia de la belleza de sus paisajes, su cultura y sus gentes. Nadie ha estado más enamorado de África que ella.


FUENTE: You Tube Fragmentos de Memorias de África

Leer todo el libro en Scribb (pincha aquí)
 FUENTE: http://banquetealatropa.blogspot.com.es/2011/10/el-arte-de-contar.html

Comentarios

Entradas populares